Este domingo por la noche los Patriots en su duelo correspondiente a la semana 4, enfrentarán al actual campeón de la NFL, los Tampa Bay Buccaneers, pero el interés, más que enfrentar a un gran equipo, se centrará en la figura de Tom Brady, quien fuera el ícono de New Engand por espacio de 19 temporadas. Pero más allá del morbo que inevitablemente habrá en este duelo, analizaremos el reto que tendrá enfrente New England.
La defensiva. La unidad defensiva de los Patriots está en la posición 5 en cuanto a yardas permitidas y puntos aceptados, pero en frente tendrá el reto más grande de lo que va de la temporada, pues las unidades ofensivas de Dolphins, Jets y Saints no tienen el poder y la explosividad del ataque bucanero. El ataque aéreo de Tampa Bay es el número 2 de la NFL, y la defensiva contra el pase de New England también está ubicada en el segundo puesto, sin embargo, como ya se comentó, no se ha enfrentado a una ofensiva de alto octanaje. Y es que enfrentar un ataque aéreo con nombres como Mike Evans, Chris Godwin, Rob Gronkowski y Antonio Brown no es poca cosa, el reto que tendrá enfrente el perímetro de los Patriots será mayúsculo. Los cornerbacks han tenido un inicio difícil, según el sitio especializado PFF solo JC Jackson está bien evaluado por encima del promedio con una calificación de 72.7 (en habilidades de cobertura) que lo ubica como el No. 21 de la liga, mientras que en el extremo opuesto Jalen Mills y en el slot Jonathan Jones están calificados por debajo del promedio, con notas de 49.9 y 57.9 respectivamente. Por el contrario los safetys Devin McCourty, Adrian Phillips y Kyle Dugger tienen notas por encima del promedio los 3. Si vemos las calificaciones individuales estamos hablando de una unidad que ha cumplido bien en términos generales, pero cuando 2 de tus 3 cornerbacks tienen notas regulares, y te enfrentas a uno de los grupos de receptores más completos de la liga, comandados por un gran mariscal, el escenario no es demasiado alentador.
La defensiva por tierra de New England está en la posición 24, pero el ataque terrestre de Tampa Bay ha sido el penúltimo de la NFL, por lo que no es de esperarse una fuerte dosis de acarreos por parte de los visitantes, lo más lógico sería ver a Brady intentando quemar a los CBs 2 y 3 de New England, con formaciones constantes de 3 y 4 receptores.
La ofensiva
Si en la defensa será un enfrentamiento de fortalezas, al ataque es la situación opuesta, la carta de presentación de New England es su ataque terrestre, pero la defensa contra la carrera de Tampa Bay es de los mejor, es prácticamente imposible correrles consistentemente, por lo que la lógica sería intentar atacar al diezmado perímetro de los Buccaneers, que es el peor de la liga, esa defensiva secundaria está plagada de lesiones, a tal grado que tuvieron que contratar a media semana a Richard Sherman, pues se estaban quedando sin jugadores en la posición de cornerback. El ataque aéreo de New England ha sido en el mejor de los casos, inconsistente, pero cada partido debe dejarle una enseñanza al joven Mac Jones, y debido a que los 7 frontales de Tampa son bastante agresivos, lo ideal sería alinear con personal 12, es decir con doble ala cerrada, dos receptores abiertos y solo un corredor, e intentar atacar rutas intermedias, con ello, de paso se atacaría otro mal que ha tenido la ofensiva, que es la protección de pase que ha sido deficiente en los 3 partidos que se han disputado hasta el momento. Si se logra un ataque de pases de ganancia corta e intermedia, se atacará la debilidad del rival, y de paso se consume tiempo y mantener en las laterales a la ofensiva bucanera.
Las claves
Como casi todos los mariscales, Brady se convierte en un jugador promedio cuando se le puede poner presión constante, sobre todo por el centro, siempre que esta presión provenga de solo 4 jugadores. Será de vital importancia las maniobras en la línea, y atacar sobre todo a Ali Marpet, que es el eslabón más débil en cuanto a la protección de pase se refiere. Si se logra incomodar a Brady, esto obligaría a Tampa a intentar más por la vía terrestre que no es su fortaleza.
Si se logra un ataque de pases de ganancia corta e intermedia, se atacará la debilidad del rival, y de paso se consume tiempo y mantener en las laterales a la ofensiva bucanera.
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