La temporada 2023 para Patriots se convirtió en un completo desastre, pues nuestro actual récord de 2-6, relata que el equipo ya tocó fondo, cuando en un inicio se pronosticaba una temporada competitiva, por los cambios que hubo en el staff, así como la esperanza de que Mac Jones resurgiera luego de un 2022 para el olvido. Conforme pasan los partidos se van creando más incertidumbres y la afición ya comenzó a detectar a los principales responsables de la debacle que está sufriendo la institución este año y sin duda uno de los mayores señalados en nuestro HC y GM, Bill Belichick, por sus innumerables decisiones controversiales.
Uno de los tantos cuestionamientos para nuestro Gerente General, es el tema de los Drafts de los últimos años, siendo un completo desastre que derivan en los resultados que se observan a día de hoy y que se llevan arrastrando campañas atrás, son muy pocos los jugadores que han sobresalido procedente del reclutamiento en los últimos años. Esta cuestión habla de una relevante falta de planificación que también se puede adjudicar a Robert Kraft por la decisión de convertir a Belichick en el máximo responsable para tener control de la franquicia, lo que ha sido una decisión muy errónea de su parte.
La afición quiere una estructura o reconstrucción pronta, que se ve reflejada en resultados positivos, pero la realidad es completamente diferente, la necedad de los máximos directivos frena que la franquicia pueda regresar a aquellos aires de grandeza a los que estuvimos acostumbrados por veinte años. Evidentemente New England necesita cambios urgentes en muchos sectores, pero principalmente en gerencia general, donde simplemente ese experimento no funcionó y tiene a los Pats como uno de los peores equipos de toda la NFL. Kraft necesita actuar de manera urgente si desea mantener este barco a flote y que la fanaticada vuelva a emocionarse con un equipo competitivo.
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