Esa es la verdadera pregunta y por dónde se debe de iniciar a analizar la situación, es claro y totalmente valido que, al ser un jugador de primera ronda, las expectativas junto con las demandas de calidad e impacto en el juego, sean altas y de inmediato resultado, pero buscar que hay más allá de eso es lo que muchas veces permite observar de mejor forma el trasfondo de la situación de cada oportunidad que tiene un jugador en la NFL.
Hay de busts a busts, en un extremo tienes a un Johnny Manziel que conto con todas las oportunidades posibles para triunfar y simplemente no las aprovecho por motivos meramente propios, y del otro lado esta, el ya casi olvidado, Josh Rosen, un proyecto que posiblemente requería de mayor tiempo de cocción antes de un prematuro debut que podría o, mejor dicho, complico la situación mental, de paciencia y preparación del jugador.
Teniendo en cuenta eso y reflejándolo a la posición de un WR, las piezas en el tablero no cambian mucho. Con tan solo 21 juegos jugados, una primera temporada incompleta por lesión de tan solo 7 inicios, y una segunda con incertidumbre en los vestidores, parece ser que la afición de New England, y el mismo jugador, han decidido el dictamen definitivo de su presente, a menos que el staff de coacheo y la gerencia opine lo contrario.
Para N’Keal Harry, el inicio en la NFL no fue nada fácil, arranco con una lesión en el tobillo que lo mando directo a la lista IR en una temporada que estaba siendo complicada para toda la franquicia, lo cual mermo lo que pudo ser su progreso y evolución adecuado como jugador, perdiendo la oportunidad de tener un progreso evolutivo lineal, y que mejor forma que hacerlo con Tom Brady al mando de los controles ofensivos, pero en cambio, sumado a eso, cuando pudo incorporarse, se vio en total desventaja no solo con sus propios compañeros de equipo, sino con la liga entera, debido a que más allá de su lesión, el jugador novato de primera ronda entraba a un roster mermado en la posición, con una falta de confianza desdé su propio QB en el, hasta de el mismo en ocasiones, razones por las que indiscutiblemente, la madurez que se le esperaba, tuvo un retroceso, dejándolo mal parado y con un sabor de boca agridulce.
Entrando en su segundo año, el drama y caos lo seguían aun, no solo tendría un primer año desastroso en pretemporada, también por segunda ocasión consecutiva, los obstáculos con grado de dificultad aumentarían, viéndose mermado, como todos en el mundo, por el tema de salud que azoto a nivel global, y con la ya bien conocida, y muy incierta salida del mejor QB de la historia de la NFL para algunos, Tom Brady. El enfrentarse a un cambio radical de QB en un segundo año, con tintes de primero, era algo que indudablemente afectaría nuevamente el proceso evolutivo del jugador, paso de recibir pases de Tom Brady, a los de Cam Newton, por momentos de Jarrett Stidham y de Brian Hoyer, lo cual significo que tuvo que hacer un ajuste en sus rutas, movimientos, timing y sincronización, entre otras skills que, hasta ese momento, no habían tenido la oportunidad de ser trabajadas de forma correcta.
2020 fue el año en el que el peso de ser seleccionado en primera ronda termino por aplastar las metas dentro de la organización, del que alguna vez fuera dos veces primer equipo del ALL PAC 12.
Juzgar a los New England Patriots por su selección es posiblemente no encontrar un punto de estabilidad en el draft con las proyecciones. Creer que por seleccionar a N’Keal Harry primero, sobre jugadores como D.K. Metcalf, A.J Brown o Mecole Hardman, es olvidarnos que, en papel, el mejor talento disponible según lo demostrado en collage en ese momento, era N’Keal Harry, una obviedad de pick, o de lo contrario, si Bill Belichick realizaba uno de sus movimientos tradicionales, los cuestionamientos se hubieran presentado, aún así, el resultado termino siendo impredecible hasta la fecha.
Pase lo que pase con el jugador, está por entrar en su tercer año como profesional, el cual para muchos es el punto limitante en el que realmente encuentran el crecimiento que siempre tuvieron que tener, o simplemente se quedan en el cesto de las primeras rondas que solo eran talentosos en collage.
Mantenerse como parte de la plantilla de Foxborough pare ser la opción viable en caso de que busque obtener el mejor momento de estabilidad que ha tenido en su carrera como Patriota, siendo este año 2021, la ocasión con mayor regularidad en todos los aspectos que ha tenido desde que llego al equipo, de lo contrario, si es cambiado, conseguiría tener un nuevo inicio, en una nueva institución, con un reloj de paciencia mejor cronometrado por parte del staff que lo tome, y podría encontrar la oportunidad para reventar la burbuja de talento que demostró ser en la universidad, y por momentos en juegos profesionales, es por eso, que el número quince tendrá que tomar una decisión muy pronto, y ganarse la confianza de los fanáticos, coaches y en especial, de el mismo, de nueva cuenta.
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