Hay una gran rivalidad entre las ciudades de Boston y Nueva York, es difícil precisar desde cuando se dio este fenómeno, pero por lo menos data del siglo XIX. Boston es la capital cultural de USA, una ciudad muy rica en historia y tradiciones, y algún tiempo fue el principal centro económico del país, mientras que New York es una ciudad relativamente más joven, pero que en algún momento creció demasiado para convertirse en la ciudad más grande y el centro de negocios principal en el país de las barras y las estrellas. Y como es natural, el deporte no escapó a la rivalidad ya mencionada, y aunque los Red Sox vs los Yankees es quizás el clásico más grande en el deporte estadounidense, los Patriots y los Jets no son para nada ajenos a la rivalidad entre estas dos ciudades.
Ambas franquicias son fundadoras de la AFL (hoy AFC), y se han enfrentado 121 ocasiones en temporada regular, con 67 triunfos para los Patriots y 53 para los Jets, a cambio de un empate.
Los Jets tuvieron la segunda peor marca de la NFL en la temporada 2020, y una vez más estarán comenzando una reconstrucción, y todo parece indicar que ahora si van por buen camino. La gestión de Adam Gase fue un rotundo fracaso, pero en realidad pocos (quizás nadie a excepción de la directiva) esperaban que fuera la solución a una franquicia tradicionalmente perdedora.
Llega como Head Coach Robert Saleh, que si bien suele tener buena relación con sus dirigidos y es un motivador nato, también es un coach que pregona mucho la disciplina, aspecto que le vendrá muy bien al equipo.
FORTALEZAS:
Es difícil hablar de una fortaleza en este equipo, pero su mejor unidad la temporada pasada fue la defensiva contra la carrera, y con la llegada de Jarrad Davis más la reincorporación de C.J. Mosley esta unidad mejorará. La línea defensiva tendrá caras nuevas con la llegada de Carl Lawson, Vinny Curry y Sheldon Rankins, todo esto sumado a que el nuevo Head Coach es de naturaleza defensiva, nos invita a pensar que el front 7 de los Jets tendrá una buena temporada, y será la carta de presentación del equipo.
En segundo lugar, podemos mencionar al cuerpo de receptores, que con la llegada de Corey Davis vía agencia libre y de Elijah Moore a través del draft, lucirá mucho mejor que la temporada anterior.
DEBILIDADES:
El ataque terrestre de entrada no luce para nada como una fortaleza, Tevin Coleman será su corredor principal (nunca ha corrido para más de 800 yardas) y seguramente el novato Michael Carter será quien proporcione el cambio de ritmo o el especialista en terceras oportunidades.
El perímetro tampoco tiene nombres interesantes, estuvieron entre los 5 peores la temporada pasada y realmente no se reforzaron lo suficiente, algunos novatos de rondas intermedias no serán la solución.
Por último, si bien se esperan grandes cosas de Zach Wilson, la posición de mariscal de campo es una debilidad, pues tendrán a un novato con poca experiencia en los controles, y detrás de él no hay ningún nombre probado en la NFL.
CONCLUSIÓN:
Los Jets no están para pelear la división, pero darán algunos dolores de cabeza a sus rivales. Recién comienzan una vez más su reconstrucción, si el coach Saleh logra motivar lo suficiente a su plantel e imprime su sello defensivo, poco a poco comenzará el ascenso de los neoyorkinos. Si logran darle buena protección a Wilson y le preparan un sistema donde pueda desprenderse rápido del balón, también se verán avances del lado ofensivo. Una marca entre un mínimo de 5 y un máximo de 7 victorias suena razonable.
Escribir un comentario