Es cierto, los mejores años de Graham quedaron mucho tiempo atrás, la gloria del hombre que entró en la discusión sobre ser el mejor ala cerrada de toda la liga parece ser cosa de hace 5 años, tal vez más, cuando Rob Gronkowski le arrebató dicho título con justificados méritos. Pero me niego a creer que todo el talento se haya ido.
La estadística no miente, los números de Graham vienen en picada, luego de probar suerte en 3 equipos:
Saints: 4,572 yds, 12.3 yardas por recepción, 51 TD EN 5 años
Seahawks: 2, 048 yds, 12 yardas por recepción, 18 TD en 3 años
Packers: 2, 083 yds, 11.6 yardas por recepción, 5 TD en 2 años.
El ala cerrada entra al ocaso de su carrera, y los 33 años con los que cuenta ahora pueden ser la principal razón de la baja de juego, pero no todo es edad, también entendimiento y cambios de sistema. Jimmy pasó de atrapar pases de Drew Brees, netamente fabricado para el juego aéreo y quien convirtió a Graham en su hombre de seguridad, a atraparlos de las manos de Russell Wilson quien además de sus piernas, tiene muchas otras válvulas de escape.
Wilson apoya mucho su juego en lo que le pueda aportar su tándem de corredores y en esporádicos bombazos (regularmente exitosos a sus alas abiertas) dejando un poco en segundos planos a lo que sus alas cerradas puedan contribuir.
Con Aaron Rodgers la historia es naturalmente distinta, un QB muy parecido a Brees pero no precisamente igual, a pesar de los atributos de Graham, nunca supo sacarle provecho y por eso los números del ala cerrada cayeron dramáticamente en los últimos años.
Para nada es secreto, y menos en la oficina de Belichick dentro de Gillette Stadium, que New England necesita urgentemente reforzar la posición de Tight End de cualquier manera y Graham podría ser una opción. Después de todo New England es el lugar donde reviven los elefantes muertos y el veterano podría aportar en el vestidor y arropar a sus futuros compañeros (algunos novatos) en el campo.
Después del emergente, desesperado e infructífero experimento del regreso de Benjamin Watson a New England, es momento de darle una oportunidad del mismo tipo a un jugador que sin duda puede aportar muchísimo más de lo que hizo Watson en 2019.
Por Iván Mendoza
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